A pesar de la pobre difusión, el público mendocino colmó el Arena Aconcagua este domingo para ver a Ricky Martin en un concierto sinfónico que ya venía brindando en otras partes del país, y deslumbró a todos los presentes. 

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El cantante puertorriqueño actuó con una Orquesta Sinfónica con una presencia de más de 8 mil personas. "Buenas noches, Mendoza. Será una noche increíble porque en los primeros dos temas ya me han regalado algo maravilloso. Un aplauso a estos músicos argentinos que me acompañan", se presentó el artista. 

Fueron pasadas las 21 horas cuando apareció en el escenario en un estadio colmado, principalmente, por mujeres. Cantó sus mejores éxitos, despertando la euforia de todos los presentes. 

Uno de los primeros éxitos en sonar fue Fuego de noche, nieve de día, canción del álbum A medio vivir de 1995, que fue coreado por todo el público y que representó el primer cambio de look para volver con Un disparo al corazón. 

Luego, llegó un popurrí de canciones con Vuelo, Eres el amor de mi vida y Te extraño, te olvido, te amo, que sucesivamente le siguió Asignatura pendiente, Vuelve, la versión en inglés de Living la vida loca y Vente Pa" Ca, canción que tiene junto a Maluma y en la que aprovechó para secarse la transpiración al ritmo de la letra para luego obsequiarla al público.

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Con La copa de la vida, canción oficial del mundial de fútbol Francia 1998, las imágenes de las tres pantallas, dos en los costados y una gigante detrás del escenario, fueron copadas por Lionel Messi y la Selección Argentina campeona del Mundial Qatar 2022.

Luego, el artista puertorriqueño se despidió diciendo: "Una noche mágica, fueron momentos muy lindos y es muy importante el agradecimiento a los increíbles músicos que están en este escenario. Chau, muchas gracias". 

Pese a una poca difusión, el artista logró colmar el Aconcagua Arena y demostró por qué, después de más de 30 años de carrera, sigue siendo uno de los artistas más influyentes de Latinoamérica.